LIBERTAD: Capacidad humana de decir y hacer responsable; la elección libre es una actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio camino.
AUTONOMÍA: Cada persona (adulta) posee el derecho irrenunciable a determinar y conducir su vida por sí mismo, comprendiendo el fortalecimiento de la voluntad y el poder de elección frente a las situaciones cotidianas que vive el ser humano; ser autónomo es poseer una identidad que lo hace único y distinto.
LIDERAZGO: Habilidad para dirigir en forma coherente los actos individuales o sociales; el líder crea oportunidades de progreso y justicia y le devuelve a la condición humana su originalidad.
IGUALDAD: Todos los seres humanos son iguales, tienen los mismos derechos y obligaciones, y forman un todo que podemos llamar familia humana. El axioma: (no hagas a otro lo que no quieres para ti), expresa la estricta reciprocidad en las relaciones humanas. Exige una manera de pensar y de vivir.
RESPONSABILIDAD: Está en la conciencia de la persona que le permite reflexionar administrar, orientar y valorar la consecuencia de sus actos, es la causa directa o indirecta de un hecho y que por lo tanto es imputable por la consecuencia de ese hecho.
TOLERANCIA: Consiste en la armonía de la diferencia; no sólo es un deber moral sino una exigencia política y jurídica; la tolerancia es la virtud que hace posible la paz, contribuye a sustituir la cultura de la guerra por la cultura de la paz.
SOLIDARIDAD: El principio de solidaridad surge de la naturaleza social del hombre que nace, vive, crece y se desarrolla en sociedad, el hombre está orientado de forma inmediata al servicio de los demás, en la búsqueda del bien común y la atención de los más necesitados.
ESPRITUALIDAD: Manifiesta en la vida trascendente de los seres humanos que buscan un sentido profundo y último al ser.
RESPETO: En toda acción humana e intención, en todo fin y en todo medio, trata siempre a cada uno, a ti mismo y a los demás con el respeto que le corresponde por su dignidad y valor como persona.